La estadística
El 97% de las personas, no cree en sí misma, aunque no lo crean. Solo un 3% de mujeres y hombres creen en que tienen una misión que realizar en la vida, y están dispuesto a llevarlo acabo sin objeción alguna. La palabra fracasar, la tienen en su mente, lo que han caído en picado por el escepticismo, que desarrollan mental e interiormente como algo natural de la vida, y no se plantean en cambiar esa actitud errónea.
Las personas actualmente, han llegado a pensar que el ser exitoso, popular, galardonado es materializar lo soñado en la vida. Y sin embargo, no es ese el punto al que solo debemos llegar en la vida, sino a hacer las cosas para la cual se nos ha preparado el camino hasta la actualidad. Pero siguen sin verlo, solo unos pocos lo descubren.
Es menester que cada mujer y hombre trabaje día a día sobre su propio interior.
La mejor forma de creer en ti, es buscando oportunidades para demostrarte a ti misma que eres más de lo que actualmente crees que eres. Lo que piensas que eres como persona, pudo haber sido definido probablemente por otras personas.
Una vez más, esto es sólo la opinión de ellos de cómo te ven, y el verte a ti, es el espejo de lo que son ellas/os buena o malamente. Pero tu percepción, es la de la valoración genuina de tu yo interior. En ti lo que debe prevalecer, es la opinión de lo que ves en ti para poder crecer.
Comienza a trabajar en ti
Puedes empezar poco a poco tomando una clase, haciendo un taller que te enseñe algo que tú consideras una debilidad en ti misma o bien haciendo una terapia.
Tanto en mis libros Más allá del Tiempo y en Molesta con la vida, ayudo a que esas carencias que crees tener, no es más un DETENTE para que te mires retrospectivamente.
No se puede todo el tiempo machacar y llegar al victimismo de no darte la oportunidad de ser feliz. Todos los días de tu vida, tienes lecciones que aprender. Quizás salgas bien o mal de esa lección, pero no un fracaso, no existe el fracaso, existe el que hayas aprendido o no hayas captado la idea de esa lección, pues tienes que poner mucho de ti, para que ese aprendizaje dé sus frutos como debe ser.
Nunca te fijes o abras la puerta para en lo que te digan los demás, sé tu misma. Cuando se te quiera comparar, le dice: «un momento, yo soy única e irrepetible, por lo que las comparaciones no corresponde». Aprende a responder, a que todo tiene un para qué y no un por qué.
El reto
Autoanalizarte
Para comenzar, vas a proponerte algo básico para poder aprender a reconocer tus virtudes y comenzar con el camino hacia el autoconocimiento y la aceptación.
Elabora una lista con tus virtudes y con tus defectos. Es importante que dediques tiempo a ello, que pienses en ti, en cómo te sientes contigo misma y que seas totalmente sincera.
Si te gustan tus piernas, no temas en ponerlo, si te gusta tu buen humor, dilo sin tapujos, y si odias tu genio, ponlo también en la lista. Aprender a reconocer las virtudes y los defectos es aprender a conocerse a una misma.
Y así comenzar, a trabajar en la confianza con una misma.
Modificar conductas
El siguiente paso, consiste en modificar aspectos de tu conducta que, seguramente, son decisivos en tu día a día.
Para poder tener confianza en una misma, es importante que desarrolles el pensamiento positivo.
Y en vez de pensamientos negativos, como: «no podré hacerlo», «no sé cómo voy a salir de este lío», etc., cambies tu discurso en afirmativo. Por lo tanto, tu mente y tu esencia estará predispuesta a solucionarlo: «puedo hacerlo», «saldré de este lío», «yo sí puedo», «estoy preparada para afrontar esta lección», etc.
Aunque no lo creas, pensar en positivo, hace que comiences a creer en tus capacidades, en tus actitudes resolutivas, fuerza y valentía.
Muchas veces, el hecho de no ser confiada con una misma, viene causado por una falta de estima o una concepción muy floja sobre tus propias capacidades. Es importante que creas en ti, que sepas que puedes y, entonces, podrás conseguirlo.
Modificar y transformar
Te he indicado, que en la lista que has hecho, también contenga los defectos. ¿Por qué? No es para hundirte ni para hacerte sentir mal contigo misma, sino para justo lo contrario: aprender a reconocer tus errores, ver que en lugar de 2000 tan solo son 10 o 15, es alentador y consigues que toda la concepción negativa y los defectos se vean reducidos a una simple lista.
De este modo es mucho más sencillo comenzar a trabajar en ellos, para poder mejorar. Modificándolos cada uno de ellos o transformándolos, disfrutarás la vida más satisfactoriamente.
Hay aspectos de tu vida, que puede que se te escapen de las manos, porque te falten conocimientos o aptitudes. Por ejemplo: si eres infeliz porque no te gusta tu trabajo y el trabajo que te gustaría realizar requiere de unas capacidades y conocimientos que tú no tienes, ¿por qué no empiezas a trabajar en esto, y te pones a estudiar o a hacer cursos especializados? ¿entiendes el concepto?
Nunca digas que es tarde para aprender ni para cambiar de vida. Tan solo tienes que tener presente que en tu vida mandas tú, no la sociedad o la vecina de enfrente que vive criticando y juzgando como algún familiar también.
La palabra fracaso, no existe
Hay otra palabra que debes evitar pensar y pronunciar, la palabra fracaso. Tiene que desaparecer de tu mente, porque es una connotación muy negativa que lo único que hará, es hacerte sentir mal, decepcionada, y que pongas en duda tus capacidades.
Ya te he comentado, que es primordial que fomentes el positivismo, y que por lo tanto, cambiarás la palabra «fracaso» por la palabra «lección de vida para aprender» y «experiencia».
De todo se aprende en la vida: de los éxitos, los errores y de las situaciones más dolorosas que se viven. De hecho, incluso, cuando te equivocas, es cuanto más aprendizaje extraes de ese momento que estás viviendo o viviste, porque reflexionas acerca de por qué ha salido mal. Analizas todo lo que has hecho, lo que no debes repetir y consigues así, una resolución mucho más clara que en otros momentos de tu vida del cual te hacías daño, repitiendo una y otra vez: soy una fracasada.
Así que, si has emprendido un negocio que no te ha salido bien, te has separado de tu pareja, te han despedido del trabajo, y la lista puede continuar, intenta extraer el aprendizaje de tu situación, para entender lo que ha podido fallar y procurar no volver a repetir los mismos errores.
El aspecto físico
La confianza en una misma, tiene que ver, con el aspecto físico, también. ¿Por qué? porque estar a disgusto con tu propia apariencia, amén de todos los mambos que tenes dentro de tus pensamientos, puede hacer que te sientas como «el patito feo».
El no atreverse a hablar, a dar tu opinión a ti misma frente al espejo o a ser totalmente libre y extrovertida, es no avanzar y no querer crecer. Deberías remarcar que para poder sentirte más segura de ti misma, es esencial que dejes de lado las comparaciones.
En este momento en el que vivimos, hay un ideal de belleza muy difícil peculiar, que rozan lo real y, tanto hombres como mujeres, pueden sentirse frustrados y diferentes, por ese modelo.
En lugar de compararte con alguien, aprende a mirarte al espejo, aceptando tu cuerpo, tus defectos y virtudes. Mirarte con buenos ojos, es aprender a aceptar que hay cosas que sí que te gustan de ti misma, es esencial para poder estar mejor en tu día a día.
Aunque, si hay cosas que realmente no te gustan nada, te propongo que intentes cambiarlas o modificarlas según te sientas. Ya te he dicho antes, que tú misma llevas las riendas de tu vida.
Por lo que, si no estás a gusto con tu cuerpo, cara, pelo y mucho más, haz algo para remediarlo: vete al gimnasio, acude a un dermatólogo, cambia de look, controla tu alimentación, etc.
Dar las gracias
Aprender a dar gracias por lo que se tiene, y dejar de echar en falta aquello que no se tiene, es también, un paso importante para la aceptación y el amor por una misma.
En lugar de quejarte porque no tienes un buen sueldo en el trabajo, alégrate porque te llevas bien con tus compañeros o porque tienes una casa a tu gusto, va relacionado con el pensamiento positivo.
Es determinante, darte cuenta de todo lo que has conseguido, y dejar atrás aquello que no has podido alcanzar o que has perdido. Ser agradecido con la vida que se tiene, es un gran paso.
Y, si no te gusta tu vida, piensa qué cambiarías de ella y comienza a hacerlo poco a poco, no quieras hacer todo de una.
Quien no arriesga, no gana
Por último, de nada sirve todo lo que acabo de comentarte, si no eres capaz de ser valiente y arriesgarte a disfrutar de una vida mejor.
Ya lo dice el dicho varias veces en mis webinars,»quien no arriesga, no gana«. Es totalmente cierto. Así que, comienza a listar aquello que te gustaría cambiar de tu vida, lo que quieres hacer, objetivos o propósitos que tengas cada año en tu cabeza.
Una vez los tengas, te recomiendo que cuelgues la lista en la nevera o en algún sitio visible y comiences a hacer algo para cumplirlos y cambiar esa parte que te disgusta. Para ello, un tablero de visión, es lo mejor que hay.
Sobre todo no intentes hacerlos todos a la vez: ve uno a uno, con paciencia, dedicación y sin ponerte el límite de que en un año tienes que cumplirlos.
Solo así, conseguirás ver cambios en tu vida, sentir satisfacción al ver que comienzas a alcanzar tus metas y a tener más confianza en ti misma. Ahora bien, ¿comenzarás hoy o lo vas a procrastinar como siempre lo has hecho pensando en la palabra «fracaso»?