Las terceras personas, ¿son las que estropean una relación de pareja?

Las terceras personas, ¿son las que estropean una relación de pareja?

La vida de pareja

En algunas ocasiones de nuestra vida de pareja, nos encontramos con personas y situaciones, donde el amor se va consumiendo, transformando, deteriorando y terminando. Por otra parte, nos encontramos con personas que sin esperarlo, sin buscarlo, encuentran a una tercera persona que da mucho de lo que desde hace años estaban buscando y esperando, como tener una nueva pareja, pero en silencio.

El hecho de que aparezca una tercera persona y de repente se sientan, encantados, enamorados, entusiasmados por otra persona que no es su pareja, es más común de lo que uno imagina.

Pero, esto, no quiere decir que se ha hecho algo mal para que la pareja sea mujer u hombre pose los ojos en otra persona. Pasa que no se ha sido sincero en la relación de cortar la pareja y decir sinceramente, que ya no existe amor.

Cuando no se reconoce

Tampoco esto quiere decir que no quieran a su pareja, simplemente no habían querido ver, ni reconocer, que algo estaba faltando en la relación para ser felices.

Muchas veces, una o las dos partes  de una relación, son infelices, viven frustradas, amargadas y se mantienen así por inercia, por costumbre, por pereza, por cobardía, por intereses económicos….

Y de repente sin saber cómo, aparece en sus vidas una tercera persona que les recuerda lo que es vivir... Aparece alguien en medio del aburrimiento y la apatía que se venía viviendo con la pareja.

Muchas veces en la relación de pareja hay constantes conflictos y diferencias no resueltas, hay tedio y enfado, hay aburrimiento, hay carencias amorosas, sexuales y de ternura, hay falta de comunicación y las parejas viven por inercia la relación, inventándose muchas justificaciones para continuar la relación.

 Algunas personas dicen erróneamente…«por mis hijos no me separo»,  «no tengo a donde ir»,  «no me quiero quedar solo-a…, me da pereza volver a buscar a otra persona y empezar de cero…» «Más vale conocido/a que por conocer…, luego cómo me mantengo…no le quiero hacer esto a mis hijos…»

Algunas otras personas dicen, «…que no le quiero hacer daño a mi pareja… en el fondo me quiere…y le quiero…

No admiten ni su desamor, ni su cobardía para hacer frente a la situación, hablando con claridad y sinceridad del deterioro de la relación, del aburrimiento, de la infelicidad que sobrellevan los días como si nada pasara… ¿Dónde está la responsabilidad de hacer feliz al otro y a ti también?

¿Dónde quedó la complicidad?

Es entonces cuando esa otra persona que nos hace vivir, reír, vibrar y hasta temblar… aparece alguien que nos recuerda sobre todo que somos hombres o mujeres y que estamos vivos. Porque en algún momento, en tus broncas, quedaste con resentimientos, en vez de solucionar y continuar con eso que te enamoró de tu pareja. Pero acaso, ¿tu no cometes errores? ¿exijes pero no te gustan que te exijan? ¿si había antes complicidad, por qué ahora lo hiciste a un lado?

Al conocer a una tercera persona, nos sentimos plenos y enamorados, porque volvemos a saber lo que es la ilusión y el entusiasmo y en ocasiones nos dejamos llevar a sentir esta nueva relación y decidimos vivirla. Y es aquí cuando viene una serie de emociones y sentimientos que uno no sabe manejar y ni siquiera expresar…

Es aquí cuando vienen de golpe: La duda, la culpa, el arrepentimiento, el llanto y el sufrimiento, por no saber qué hacer con la nueva situación, por no saber si deben o no terminar con la pareja actual, si deben o no dar el paso tan importante de separarse y tal vez, el paso de irse a vivir con la nueva pareja…

Antes de tomar decisiones

Antes de saber qué hacer con una tercera relación, intentemos ver qué pasa en nuestra relación actual. Si seguimos enamorados, si cumplimos todos los requisitos de una buena relación, si hay una buena comunicación, si hay respeto y confianza, si hay entusiasmo, complicidad, ilusión, hay sexo y pasión, si hay risa y diversión…. o simplemente hay cansancio, aburrimiento, discusiones, conflictos, diferencias, apatía y falta de ilusión.

La culpa es de ambos que no han sabido poner un freno. Callándose o discutiendo, no es la solución, no ha habido empatía. Ninguno por orgullo estúpido quiere aflojar, porque ambos quieren tener razón. Si por un instante, se sentaran calmados y hablaran de lo que les molesta y observaran cómo solucionar un problema, no estaría de por medio el egoísmo.

Seamos sinceros primero con nosotros mismos y después con nuestras respectivas parejas… el orgullo, no conduce a ninguna parte en una relación de pareja.

No permitamos que una tercer persona desequilibre

Aunque no solo existe esa posibilidad de la «infidelidad», hay otros factores que terminan separando a una pareja, más si no quiere a su pareja.  Porque deja entrar otros actores dentro de la relación para terminar de desequilibrarla, como a los familiares: una suegra, una cuñada, una hermana, etc. para que entre ese actor a juzgar, criticar y más dentro de la pareja. Esto se llama cobardía. No enfrentar los problemas de pareja, es querer lavarse las manos en vez, de tomar la responsabilidad de decir: «esto se acabó».

¿Qué cosas son importantes en una pareja?

En una pareja, debe haber muchas otras cosas importantes, además de amor, ya que el sólo quererse, no les da ninguna garantía de que la relación sea duradera y llevadera. Hace falta más….

En ella debe haber amor, cariño, ilusión, complicidad, comunicación, confianza, entusiasmo, pasión…No basta solo con querer, sino que hay que saber querer. Y sobre todo en una convivencia de pareja, se requieren muchos buenos recursos para entenderse, para llegar a acuerdos, aceptando diferencias,  diciendo con claridad lo que uno piensa y quiere…

Hay que saber mantener la llama de la relación. 

¿Qué significa estar en equilibrio en una relación de pareja? 

A cada miembro de la pareja le corresponde:

  • un 50% de responsabilidad de todo lo que ocurre en ella.
  • un espacio determinado para cada uno, para no ahogarla
  • y unos roles que desempeñar.

Y entonces….

¿Cuándo se produce el desequilibrio?

  1. Cuando no nos estemos haciendo cargo de nuestro 50% de responsabilidad.

Y esto no es sólo cuando hagamos menos, es igual de importante respetar la responsabilidad del otro y no hacer más de lo que nos corresponde, ni dar al otro más de lo que necesita.

Esto implicará que uno cree que puede más que el otro y no es así.

Recuerda que no podemos darle a nadie más de lo que está capacitado para recibir”.

2. Cuando no ocupamos el lugar que nos corresponde o invadimos el espacio del otro. Esto hará que el otro se sienta  invadido, poco respetado y se hará «pequeño».

3. Cuando desempeñamos roles de nuestra pareja o permitimos que la otra persona desempeñe alguno de los nuestros.

En cualquiera de estas situaciones, se produce un desequilibrio que nos hará buscar fuera lo que no encontramos dentro para equilibrarnos.

Por lo tanto, y al margen de que haya intimidad o no con la persona ajena a la relación, una tercera persona aparece para «dar equilibrio a la pareja».

Aprovechemos lo que está ocurriendo como una oportunidad para entender qué está fallando en nuestra relación y sanarlo, si así lo deseamos.

¿Alguna vez, has oído, que a veces, hacemos un efecto espejo? Es decir, vemos reflejado en el otro los conflictos que necesitamos sanar o resolver con nosotros mismos.

Realmente lo que me molesta del otro no tiene que ver con el otro en si, sino conmigo misma/o….sí, si…¡conmigo!

Esta es la llamada LEY DEL ESPEJO, aplicable a cualquier relación, que se hace especialmente poderosa en la pareja por la intimidad y el tiempo que se comparte.

¿Cómo funciona la ley del espejo?

La ley del espejo tiene como base un profundo trabajo de transformación y conocimiento interior ¡¡y lo digo de buena tinta!!

Es una de las herramientas que uso en mi día a día y me ayudan a seguir evolucionando como mujer y ver a través del otro dónde yo sola no soy capaz de llegar.

¿Estás preparada/o para saber cuáles son? Si quieres que tu vida siga siendo igual que hasta ahora, es necesario dar una solución y despertar conciencia.

Si crees que necesitas transformar aún algo ¡sigue leyendo!. Te aseguro que tu vida no volverá a ser la misma.

  1. Aquello que me molesta, irrita, enoja o quiero cambiar de la otra persona, está en mí.
  2. Todo lo que el otro critica, juzga y combate en mí, si me molesta, lo tengo reprimido y debo trabajar en ello.
  3. Loo que otro critica, juzga y combate en mí, si no me molesta, pertenece a la otra persona.
  4. Todas las virtudes que reconozco en la otra persona, lo que me gusta y amo, también está en mí.

Te propongo llevar estas leyes a tu día a día y comenzar a poner un poquito de conciencia en tus reacciones ante los demás como herramienta para conocerte más, avanzar en tu vida y en tu relación de pareja.

Por eso las relaciones de pareja son un maravilloso regalo, entre otras cosas, para iluminarse interiormente.

Con toda esta información…

Y con toda esta información.…antes de lanzarte a romper un vínculo con tu pareja porque creas haberte enamorado de una tercera persona o porque tu suegra, cuñada, hermana se han metido en vuestra relación….. asegúrate de que no sea el ángel que ha venido precisamente a salvar tu relación.

Porque si rompes el vínculo sin mirar dentro de ti misma/o qué es lo que necesitas poner en orden y sanar…volverás a repetir los mismos patrones con la siguiente persona con la que te vincules.

¿Es o no es maravilloso vivir en pareja?

Y con todo esto….¿Ya has encontrado los motivos para agradecer a esa tercera persona que haya aparecido en tu vida, aunque tengas bronca interiormente en este momento?

Recuerda que en esta vida tooodo lo que nos pasa lo elegimos (la mayoría de las veces desde un plano inconsciente).

Ya sabes que es para crecer y evolucionar para vivir en esta experiencia terrenal.

Y con esta reflexión y esta otra mirada a esas terceras personas que necesitan ser vistas de otra manera, dejo en tus manos la decisión de cambiar o continuar en el estado en que estás.

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