¿Qué busca una mujer madura en una relación pasado los 50?

¿Qué busca una mujer madura en una relación pasado los 50?

Respuestas

Esta pregunta la he hecho muchas veces y siempre me sorprendo en sus respuestas. Todas las mujeres manifiestan: «Ya no soy una mujer joven eso de contigo pan y cebolla», «Hay cada inmaduro por ahí dando vuelta», «Quiero una persona joven con mentalidad inteligente y si está bueno de cuerpo, mucho mejor», «A estas alturas del partido, quiero un hombre que me tenga como reina», «No quiero mantener vagos», «Quiero un hombre que me haga vibrar, me quiero sentir viva», «Quiero solo una persona que me acompañe», » Amor, pasión, entrega, compañerismo, sinceridad, diversión, asistencia mutua, respeto, complementación» y los reclamos continúan en una lista muy larga en la que no alcanzaría a describir y escribir en este post.

La comunicación e intimidad

La comunicación y la intimidad en una mujer madura, cobran mayor importancia en su vida romántica, porque  las mujeres cuando pasamos los 50 años, mientras que nuestra sexualidad, lejos de extinguirse, se diversifica, nunca perdemos ese romanticismo si tuviéramos una pareja estable que nos haga reír y ser feliz.

Hoy en día, después de los 50 años, la mujer madura es más independiente, porque ha superado mitos sobre el género y no busca perder su tiempo lidiando con la inseguridad de posibles candidatos como pareja.

Físicamente

“Físicamente hablando, las mujeres, suelen irrumpir en la reducción de la producción de hormonas de estrógeno y progesterona a causa de la menopausia, lo que podría reducir el deseo sexual, pero en realidad, es solo un mito.

El foco central de búsqueda de una pareja

En este sentido, para las mujeres después de los 50 años, la sexualidad es importante, pero no constituye el foco central de la búsqueda de una pareja. Podemos disfrutar del compartir sexual de forma adecuada, pero como parte de un proyecto sexo-afectivo más amplio, se van cultivando expectativas más centradas en la intimidad y el compromiso.

A la vez, identificamos con mayor facilidad la falta de seriedad en una relación y salir de ella sin tanto rodeo. Digamos que desarrollamos un agudo radar para detectar la falta de seriedad en la relación y solemos tener una punzante asertividad para dejarte saber: «¡Hey! a ver si lo entiendes, «no estoy para jugar». Vete a jugar a otro sitio. Adiós, que te vaya bien.

La mujer no está desesperada

No hablamos de que andamos desesperadas queriendo formalizar algo de inmediato, sino que deseamos gozar de la plenitud de una relación sin las distracciones o responsabilidades que la juventud y las edades previas acarrean. Una responsabilidad de la que nos liberamos de planificar o evitar embarazos, lo que nos permite centrarnos más en la búsqueda del placer, la entrega, la afectividad.

Para muchas mujeres, llega el momento de tomar decisiones respecto a la vida en pareja. Nos hace replantear muchas cosas que en la juventud no nos frenamos, porque las hormonas y los pensamientos, no nos hace ver más allá de las narices.

La independencia de la mujer

La independencia psicológica y social ganada con los años, nos facilita establecer el tipo de relación que queremos, ya sea en un matrimonio, cohabitación o una relación con el compromiso que ello amerita, pero tú en tu casa y yo en la mía. Es el pensamiento de muchas mujeres que están solas.

Para algunas el tener pareja, puede representar una amenaza a esa independencia, por lo que tienden a controlar más los procesos de formalización, aunque algunas mujeres siguen siendo dependientes emocionalmente, porque tienen miedo de que si se independizan pueden ir mal. Concepto erróneo, pero que es respetable.

Se puede levantar pasiones

Aclaro que las relaciones románticas, también pueden levantar pasiones en esta etapa de la vida. Porque luego de los 50 años, las parejas pueden experimentar una etapa de ‘limeranza’  que es la etapa de locura que provoca el enamoramiento explosivo que antes no lo experimentaron con otra persona.

Cuando existe una relación de pareja a esta edad, las necesidades pueden variar en comparación a cuando se está soltera y sin compromiso. Las mujeres solteras, que inician una nueva relación cargan con el reto repentino de conocer a su nueva pareja en múltiples dimensiones, y ello suele tomar tiempo, mucho diálogo y solidificarse con la convivencia.  Esto podría ser novedoso y vibrante o muy agotador, pero dependerá de cada persona.

Expectativas

En cambio, en relaciones ya constituidas, las expectativas de la pareja al pasar los 50 suelen ser adaptativas y no abruptas.

Lo esperado por la mujer a esa edad, se ha ido manifestando o no, durante años de cohabitación. Mientras la sexualidad posiblemente va perdiendo centralidad en sí misma para ella, simultáneamente va extendiendo su valor como modo de expresión amorosa, afectiva, de comunicación y entrega.

Se ha probado que en las mujeres con relaciones de larga duración y estables, el ciclo de respuesta sexual se altera para satisfacer aspectos emocionales. Quizás no estés de acuerdo con esta afirmación. Pero, es que el aspecto emocional es mucho más fuerte que la sexual, aunque pareciera lo contrario.

La evolución

Las necesidades siguen evolucionando con la edad. No es lo mismo la búsqueda de pareja a los 50 años, que a los 65 años. Recordemos que, además de los cambios físicos, la mujer puede enfrentar experiencias como el nido vacío o la viudez, amén de la búsqueda de pareja que aspira primordialmente a satisfacer necesidades psicológicas.

Lo que se espera

El acompañamiento, el diálogo, viajar, el compartir momentos de esparcimiento y el cuidado mutuo, se convierten en ese objeto deseado.

Es importante tener en cuenta también, que la realidad sexual de los hombres, también cambia, no solo en las mujeres tuvo una transformación.

De acuerdo con el doctor sexólogo y psicólogo Felipe de la Cuña, me ha manifestado cuando he consultado para este post sobre la diferencia que ellos experimentan a esta edad de pasados los 50 años, merma más en lo hormonal progresivamente, y no abruptamente como en el caso de las féminas.

Conclusión

Pero ojo, conformarse no suele ser opción cuando se busca el disfrute de una vida plena. Por ello, es importante consultar con terapeutas como así ginecólogos para determinar qué terapia es mejor, y terapeutas de pareja que faciliten la comunicación y ayuden a disipar temores.

Esos cambios no nos deben asustar, debemos tomar las medidas necesarias, porque son parte del ciclo natural del desarrollo y no hay que tenerle miedo, simplemente ilustrarse y prepararse para ello.

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