Las actitudes
La afirmación, la promesa que existe detrás de esta frase, está revestida de enorme Poder: cambia tus actitudes y forma de ver la vida (esto es personal), y las cosas, personas, situaciones y entorno cambiarán (esto es todo lo demás).
Concreta tus objetivos, porque son tu sueños, lo que vas a cumplir.
La meta de “cambiar mi personalidad” es demasiado abstracta, demasiado ambigua. Si no la divides en diferentes objetivos específicos, te perderás en vaguedades y no realizarás avances significativos.
Por eso, apunta en una hoja de papel, cuáles son los aspectos de tu manera de ser que te gustaría cambiar, haciendo un filtrado de prioridades, y céntrate en ello. A fin de cuentas, es absurdo proponerse cambiar totalmente en todos los aspectos de la propia personalidad; hay que apuntar a aquellas áreas, que dan problemas o que son percibidas como debilidades.
Crea el compromiso de lo que quieres hacer y cúmplelos.
Cada vez que nos pongamos por delante una meta ambiciosa que exige esfuerzo, es bueno asegurarse de que estamos totalmente comprometidos con ello. Una manera de hacerlo es hablarlo con otras personas, para de ese modo crear expectativa y tener más motivos para no desistir.
Generar esta clase de auto-obligaciones resulta muy positivo para alcanzar metas y no tirar la toalla, a pesar de que aparentemente parezca que limita nuestra libertad.
- Distánciate de tus anteriores fracasos, o sea, no lo llames fracaso, son lecciones no bien aprendidos y que quizás debas aprender una y otra vez, hasta que la lección esté aprendida.En muchas ocasiones, uno de los obstáculos que dificultan que alguien modifique a mejor su personalidad es el hecho de que se cae en la trampa de creer que se caerá una y otra vez en el tipo de fracasos en los que se cayó en el pasado.
Es cierto que todos tenemos debilidades que nos caracterizan, pero eso no significa que no podamos armarnos contra esta clase de errores. Con el suficiente esfuerzo y aprendizaje, podemos llegar a desarrollar destrezas extraordinarias.
Incluso si no lo hacemos, este simple pensamiento ayuda a dejar de tenerle miedo a esos aspectos de la vida, que nunca se nos han dado del todo bien, lo cual sirve para hacer que dejemos de ser tan vulnerables a ellos.
- Renuncia al qué dirán. No podes vivir del qué dirán, piensa solo en ti, no en los demás para agradar.
Tus cambios, en cuanto al desarrollo personal solo deberían preocuparte a ti. Está claro que la gente siempre tiene motivos para hablar a las espaldas de uno y de criticar. Pero justamente, por eso lo que piensen los demás no debería obsesionarnos.
Ser conscientes de esto, y de que todo el mundo tiene las mismas debilidades por las que nosotras mismas somos capaces de odiarnos en ciertas ocasiones, ayuda a poner las cosas en perspectiva y a no sentirnos condenadas a ser siempre las mismas: a nuestro alrededor, la gente cambia radicalmente para bien y para mal, y vosotras podéis hacer lo mismo. La cuestión, es guiar este cambio para que sea para bien.
- Rodéate de la gente que te inspire. Es fundamental que te inspires en personas que suman.
Gran parte del aprendizaje, se produce de manera espontánea por el simple hecho de rodearnos de quienes nos dan motivos para mejorar y contenidos sobre los que trabajar para llegar a ser mejores.
Si evitamos caer en la trampa de compararnos constantemente con quienes consideramos los mejores, empezaremos a absorber y a adaptar a nuestra manera de ser esos elementos que consideramos positivos: tener más paciencia, aprender a escuchar y a ponernos en la piel de los otros, ser más creativos al no descartar las ideas más estrambóticas, etc.
No asumas tu propia identidad, modifica lo que ya tienes. Siempre tienes tiempo de cambiar las actitudes y formas en que ves la vida.
Es importante, no cubrirse de tics que definen la personalidad de los demás, sino desarrollar nuestra propia versión de aquello que queremos llegar a ser. Por ejemplo: si queremos trabajar la autoestima para confiar más en nuestras capacidades, no hay que utilizar de manera impostada las expresiones o el lenguaje corporal de otra persona, sino fijarnos en lo que solemos hacer y realizar correcciones.
Fijarse en una misma, es un elemento indispensable para ir cambiando la propia personalidad, ya que hay que trabajar con lo que se tiene; hacer ver que somos un folio en blanco, solo generará frustración.
Introducir pequeños cambios en el día a día
Por eso recalco siempre, en que tomes un frasco, adórnalo como te guste más, si quieres pintarlo, ponerle moñitos o tu nombre. Toma tres papelitos y escribe al final del día, tres cosas bonitas que te sucedieron. No importa si repites las cosas como un: ¡tengo la alegría de llevarme comida a la boca!¡tengo unos hijos maravillosos, mi hija me regaló todos los muy bien 10 que sacó de nota en el colegio y soy feliz por ella!¡Tengo hermosas bendiciones todos los días! ¡Hoy visité a mis padres y tengo la suerte de tenerlos aún! ¡gracias papis por enseñarme valores!, etc. Tienes tantas cosas para escribir y agradecer cada día. Y al final de semana, lee una a una en voz alta para ver qué buena es la vida contigo. Y si tienes que pasar una situación extrema, no lo lamentes, porque es allí donde se ve nuestra fortaleza.Dedica un tiempo cada día a fijarte en lo que haces y corregirlo sobre la marcha para tender al objetivo deseado. El resto del día, no te preocupes por ello. De esta manera realizarás un trabajo de manera intensiva, mientras que luego no tendrás que esforzarte en ello y podrás recuperarte (lo cual evita que te estrés demasiado).
Poco a poco, la repetición de esos momentos en los que te esfuerzas por cambiar irán haciendo que estos se automaticen, y podrás ampliar poco a poco la ventana temporal que le dedicas a desarrollar una personalidad mejorada.
8. Cuenta con la ayuda de psicólogos o coach.
Si es necesario, los psicólogos pueden ayudarte mediante la psicoterapia. El acompañamiento profesional suele ser muy útil para encontrar nuevas estrategias para mejorar y detectar errores que nos habían pasado desapercibidos. Esto es si tienes también alguna patología.
La coach, puede guiarte a pensar y te enseña a buscar las respuestas dentro de ti. Esta no trata patología ni medica a la persona en cuestión. Solo la guía y asesora para que salga de su zona de confort.